Gracias, Señor, por tu bondad y compasión. Gracias por limpiarme de mis lepras que paralizan mi vida y me amenazan con alejarme de Ti. Necesito, Señor, estar cerca de Ti y dialogar - orar - contigo para hablarte de mis debilidades, de mis enfermedades, de mis problemas, dificultades y pecados.
Dame, Señor, la Gracia de la esperanza para sostenerme siempre alejado del pecado que rompa mi amistad contigo. Límpiame, Dios mío, de mis lepras que me desgarran y me apartan de Ti. Y fortalece mi espíritu para que nunca viva establecido en el pecado y el desamor.
Yo, Señor, como aquel leproso, también te pido que me limpies y, con esa intención, esperanza y fe, me acerco a Ti confiando en tu Palabra y creyendo que si Tú quieres quedaré limpio. Gracias, Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.