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lunes, 15 de febrero de 2021

AUMENTA MI FE

 

Me doy cuenta que en muchos momentos de mi vida, las dudas aparecen siempre. Son dudas que nacen de mi propia naturaleza contaminada por el pecado. Y es que no podemos olvidar que somos pecadores, y eso significa que vivimos en el error y la hipocresía. El error de creernos capaces de entender a Dios y su Palabra y que podemos, con nuestra propia suficiencia, encontrar la luz, el camino y la verdad.

Jesús nos lo dijo claramente cuando nos invita a dejar el hombre viejo y nacer de nuevo - del Espíritu de Dios. Es decir, del Espíritu Santo que nos fortalecerá con la fe y la sabiduría que nos abre a la verdad y al amor de Dios. Reconozcamos, por tanto, nuestros pecados y dificultades que nos salen al paso en nuestra vida impidiéndonos encontrarnos con el Señor.

La tentación está presta y lista para abordarnos y seducirnos. Necesitamos confiar en el Señor y arropados en la comunidad y la oración encontrar la fortaleza, la luz y que nos guie al camino que nos lleve al encuentro con el Señor. Y eso es lo que hoy, como ayer hizo el leproso, pedirte, Señor, que nos limpies de nuestras propias lepras. La lepra de la duda; la lepra de la individualidad; la lepra de la negación e incredulidad y de tantas otras lepras que nos asaltan y nos tientan.

Danos, Señor, la perseverancia y firmeza de sostenernos fieles a tu Iglesia. Esa Iglesia que Tú dejaste constituida y formada en Pentecostés apoyada en tus apóstoles y que ha seguido caminando, con sus imperfecciones, pecados y errores, pero, siempre con la buena intención de servir y amar, como Tú le mandaste. Y que, guiada por el Espíritu Santo, los poderes del infierno no prevalecerán contra ella - Mt 16, 18 -.

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