Páginas

Páginas

lunes, 12 de julio de 2021

EN TU MANOS, SEÑOR, PONGO MI CORAZÓN

 

Experimento, Señor, cada día la fragilidad de mi corazón. Me es difícil, por no decir imposible, sostenerlo unido, no solo a Ti, sino, por tu Amor, a los demás, también hermanos míos. Los deseos concupiscentes, la avaricia, el odio, la venganza y el egoísmo me impiden sostener mi corazón entero, unido y fiel a tu Palabra. Se me rompe y divide sometido a esas tentaciones que le impiden sostenerse fiel y unido a Ti. Y, por consiguiente, tenerte en el centro de mi corazón.

Soy, por tanto, consciente de esa lucha que se establece en mi interior y que divide mi corazón y dificulta mi seguimiento según tu Palabra y Voluntad. Por consiguiente, Señor, te doy gracias porque tu presencia me conforta, me fortalece y me auxilia en esa lucha de cada día contra el mal que irrumpe en mi vida y que trata de ir contra tu Voluntad.

Tú, Señor, me lo dices claramente hoy con tu Palabra: No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. Y es que el mundo rechaza tu Palabra y trata de someternos y esclavizarnos contra tu Voluntad. Un mundo contrario al amor y dominado por el egoísmo y el poder. T Tú, Señor, vienes a auxiliarnos, a fortalecernos y protegernos contra ese mal que amenaza con destruirnos. Por eso, tu presencia, nos conforta y nos ayuda a enfrentarnos con todos aquellos que nos amenazan con separarnos de Ti.

Gracias, Señor, te pedimos que nos llenes de tu Amor y nos concedas la Gracia de saber discernir, encontrar la verdad - tu Verdad - y tomar la decisión del buen camino que Tú nos señalas. Incluso, a pesar de que sea duro y difícil, porque, yendo contigo podemos recorrerlo. Tú eres precisamente el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.