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domingo, 29 de agosto de 2021

ME DESCUBRO HIPÓCRITA EN MUCHOS MOMENTOS DE MI VIDA

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

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De nada me vale ocultarlo. Sí, los cristianos, o al menos los que así queremos llamarnos, somos conscientes, al menos yo, de que en muchos momentos de mi vida he actuado de forma hipócrita. Sí, tratamos de cumplir con tradiciones, piedad y celebraciones rituales que luego no tienen sucesión y trascendencia en nuestras vidas de cada día.

Hablamos de amor y somos incapaces de amar. ¿Qué no lo adviertes? Aquel día que te niegas a hacer algún favor a tu hijo, a pesar de sea su vicio, encargándote de tu nieto y liberándolo para que acuda a su afición. Te niegas porque tú también quieres disfrutar de tu afición y de estar liberado para ver fútbol o cualquier otra distracción que te apetece. ¡Y cuántos egoísmos más! 

Pero, ¿qué entiendes por amar? ¿Acaso no te está tu Padre Dios soportando tantos vicios, aficiones o caprichos superfluos por los que tú le dejas plantado? ¿Acaso no te espera, soporta y se llena de paciencia para encajar todas tus protestas, rechazos y rebeldías? ¿Y tú, no eres capaz de sacrificarte por nadie? Sin embargo, luego acudes a las celebraciones de piedad, ritos y romerías con una devoción que pareces un santo. ¿No estamos también incluidos en esos hipócritas que Jesús llama hoy duramente en el Evangelio?

Aprovechemos este rincón de oración para descubrir y abrir de par en par nuestros corazones y suplicarte Señor que conviertas esos nuestros corazones hipócritas en corazones suaves, generosos y, sobre todo, coherentes con nuestros actos ritos y actos de piedad que, deben servirnos para fortalecer nuestras obras y nuestro vivir de cada día en estrecha sintonía con tu Amor, volcándonos en nuestra relación amorosa y misericordiosa con los demás. 

Conviértenos, Señor, poco a poco, utilizando nuestro humilde esfuerzo que tomamos de Ti cada día en nuestras Eucaristías. Nos llenamos de esperanza confiados en tu Palabra y en tu Infinita Misericordia. Amén.

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