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sábado, 18 de septiembre de 2021

HERIR AL INFINITO DE BENJAMÍN GONZÁLEZ BUELTA, SJ

 

 

No crece la vida de Dios

desde la muerte humana,

sino la plenitud humana

desde la muerte de Dios.

 

No realza la fortaleza de Dios

la debilidad nuestra,

la debilidad de Dios

construye nuestra fortaleza.

 

Porque sólo los ídolos

se alimentan de la sangre ajena,

pero Dios derrama la suya

para salvar la nuestra.

 

El cauce frío del hierro

que desgarra la carne,

orada con el mismo golpe

el corazón encarnado de Dios .

 

Y donde un golpe nos hiere

acude incesante el agua viva,

pues sólo puede manar Amor

por el boquete abierto al Infinito.

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