Señor, eres la fuerza de mi corazón, aunque me sienta débil de espíritu y aunque mi salud me falle. Tú me sostienes de la mano y no me dejas caer.
Eres mi refugio y mi consuelo, de día y de noche confío solo en Ti.
Confío en tu fuerza cuando creo que no puedo más, confío en tu bendición y protección porque eres mi pastor. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.