En tiempos de bonanza y alegría, cuando estoy rebosante de vida, yo también digo: hágase en mí.
Cuando no veo claro el camino, y no me encuentro a mí mismo, oro e insisto: hágase en mí.
Cuando me siento con ánimo y fuerzas y vivo con gozo en tu presencia, no olvido: hágase en mí.
Cuando todo se vuelve cuesta arriba, y nada en este mundo me motiva, tres palabras repito: hágase en mí.
Como María en cada momento yo también, Señor, te digo: hágase en mí. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.