Me hago consciente de que no estoy solo/a. Silencio la mente y sereno el corazón. Jesús está conmigo aquí y ahora. No se trata de entenderlo ni razonarlo. Saberlo me basta. Su presencia trasciende mi mente.
Acojo en silencio esta Presencia amorosa del Amigo que está contigo, que camina conmigo y me habla al corazón. Dios inunda mi interior. Dios llena mi corazón de luz y de verdad.
Señor, en la mañana regálame tu gracia. Enséñame a confiar en ti. Tu Espíritu me guíe por caminos de verdad y de bien. Que tu gozo sea hoy mi fortaleza y mi alegría llegue a mis hermanos. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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