Señor, me acerco a tu corazón como el joven rico pero consciente de que debo cambiar para ganar la vida eterna! ¡Señor, Tú me conoces y sabes de mi debilidades y cómo rehúyo muchas veces de Ti y como me excuso con facilidad! ¡Señor, ya sabes que me apego a cosas que son poco importantes y te olvido con mucha facilidad! ¡Ayúdame, Señor, a hacer siempre tu voluntad! ¡Quiero, Señor con tu Espíritu, superar la mediocridad de mi vida, superar mis conformismos y aspirar a mucho más! ¡Quiero, Señor, abrirte el corazón y seguirte! ¡Señor, sé que vale la pena seguirte porque mi corazón no estará en paz hasta que no me una verdaderamente a Ti! ¡Hazme entender, Señor, que la entrega es el inicio de una vida de alegría, de sacrificio, de amor, de esperanza, de unión con Dios! ¡Ayúdame, Espíritu Santo, a dar un sí sin condiciones para alcanzar la felicidad.¡Ayúdame, Espíritu Santo, a dar el primer paso que es el que más cuesta! Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.