Señor, ayúdame a abrir el corazón de par en par para sembrar esperanza, para generar más fraternidad a mi alrededor. Ayúdame a ser lámpara no para llevar luz para que yo pueda ver sino para que los que están a mi alrededor vean! ¡Concédeme la gracia de abrir los ojos cada día para ser capaz de ver a los que me rodean, para sentirlos, amarlos, tocar sus necesidades, sus anhelos, para que sea pequeña luz que brilla en mi corazón. Para que sea como una luz encendida en favor del prójimo que camina a mi lado. Ayúdame a no pensar tanto en mi y más en el otro, a dejar mis egoísmos y mis comodidades para ir al encuentro del otro. Ayúdame, Señor, a contribuir un mundo a mi alrededor más humano, más solidario y más esperanzado. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.