En el silencio del día que amanece vengo a pedirte Señor paz y sabiduría.
Quiero mirar hoy al mundo con ojos llenos de amor, ser paciente y comprensivo, manso y prudente; ver, a pesar de las apariencias, a los demás, mis hermanos como tú los ves y así no mirar sino el bien de cada uno.
Cierra mis oídos a toda calumnia, guarda mi lengua de toda maldad; que solo de caridad se llene mi espíritu; que sea, Dios mío, tan bondadoso y alegre que cuantos se acerquen a mí sientan tu misma presencia.
Revísteme de tu presencia y en el transcurso de este día yo te revele a todos, Señor. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina
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