Gracias Señor, por seguir creyendo en mí. Gracias por buscarme cada día y recordarme, en cada detalle todo lo que me amas. Gracias por regalarme y cuidar de mi familia.
Gracias por las personas que pusiste y sigues regalándome en el camino, por quienes me acompañan, me cuidan y me comparten su luz.
Gracias por iluminar mi camino cuando no sé hacia dónde ir, y por mostrarme que incluso en lo incierto, tu amor siempre está presente.
Gracias por sembrar fuerza en mi interior cuando parece que voy a flaquear. Porque la gratitud es la memoria del alma hoy y siempre elijo entregarte lo que soy, sabiendo que estás guiando cada paso con amor.
Gracias por tu presencia constante cada uno de mis días, por tu paciencia, por tu paz y tu amor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.