Señor, enséñanos a vivir con sencillez y confianza, libres de la codicia, buscando nuestra alegría en amarte y servir con generosidad.
Espíritu Santo, guíanos para construir tesoros en el cielo con obras de amor, recordando que todo es don tuyo.
María, Madre, ayúdanos a vivir desprendidos, con el alma abierta a la eternidad. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina
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