Señor Jesús, en este día en que recordamos a Santa Clara, mujer de fe luminosa y mirada fija en Ti, acudimos a ti con corazón humilde. Que ella nos inspire a vivir con confianza en el Padre, con desprendimiento y sencillez, y con la alegría de sabernos hijos amados. Abre nuestro interior a tu Espíritu para que vivamos desde la libertad del amor. Por eso te pedimos:
Señor Jesús, enséñanos a vivir como hijos tuyos. Que tu ejemplo nos inspire a actuar con respeto y delicadeza en la vida diaria. Que, como Santa Clara, encontremos en la pobreza evangélica la riqueza de tu Reino, y que, con una mirada fija en Ti, aprendamos a confiar siempre en la providencia del Padre. Con María, Madre del silencio, caminamos con gozo en la libertad del Evangelio. Amén.
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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.