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jueves, 26 de enero de 2012

EN EL SILENCIO SE ENCUENTRA DIOS

El Silencio ayuda a estar con Diosyenda
Sólo en el silencio del alma se encuentra la paz, incluso y a pesar de ruidos exteriores que amenazan distraerte. Tiene mucha razón nuestro Papa cuando nos habla de la necesidad de hacer silencio en nuestro interior, porque sin silencio, exterior e interior, no podremos hablar con DIOS.

Y nadie puede impedirnos hacer ese silencio, porque está en nosotros. Ni los ruidos, ni las tentaciones, ni los apegos, ni las prisas, ni nada que pretenda perturbarnos, porque el ESPÍRITU está en nosotros y ÉL se cuidará de que, si nos abrimos a ÉL, nada podrá apartarnos de permanecer en presencia de DIOS, y DIOS está en el silencio y en la brisa suave que nos inunda de paz y de encuentro con nuestra vocación hacia la santidad.

Por eso debemos cuidar mucho nuestro trabajo bloguero, cuidado de activarnos con tantas actividades que nos aparten de ese silencio interior que nos une con DIOS. Ahora, sobre las diez, hora canaria, medito esta reflexión, que me hago, delante de la televisión.Escucho unas habaneras y canciones de mi isla conejera por un grupo marinero muy bueno, pues bien, digo esto porque a pesar del ruido y de lo que está alrededor, me he sentido atraído a reflexionar y meditar.

Experimento una sensación gozosa de paz, de abandono que me invade y me serena, me tranquiliza. Y eso no puede ser otra cosa que la presencia de DIOS. Ante tantas cosas que hacer he sentido por dejar todo, como María, la hermana de Marta, y ponerme a los pies de JESÚS para, en silencio, oírle. Y bien que vale la pena hacerlo.

Sin embargo, no todos los ruidos son iguales. Mientras unos pueden servirte de ayuda a propiciar ese silencio necesario, otros pueden favorecer que, en lugar de silencio, se propicie intranquilidad y ruidos que confundan y distraigan. Acabo de apagar la televisión, pueden suponer por qué.

Por eso, busquemos ese espacio que necesitamos para dejar entrar silencio que nos transporte a la presencia del SEÑOR. Y, ahí, en serena paz entablar un diálogo de escucha y palabra con ÉL.

SEÑOR, cuando más cerca estoy de TI experimento
que me cuesta mucho mantenerme a tu estilo
y según tu quieres. Es entonces cuando
descubro que te necesito, que sin
TI no puedo amar ni perdonar,
y que estar a tu lado es
vital para mí. Amén. 

3 comentarios:

  1. Que El Señor de La Música, de La Palabra, Del Silencio te siga bendiciendo... Graacias por comunicarnos.

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  2. Gracias por la reflexión.

    Los que estamos más cerca del campo podemos disfrutar también de ese silencio.

    En Alcoy hay un convento de agustinas contemplativas, pero tienen un grave problema, que está en el centro de la ciudad, y su silencio cada año, se ve peturbado, con gran violencia de unas fiestas que la llaman "moros y cristianos", el ruido tan ensordecedor que provocan los trabucos, es muy grave. Las pobres religiosas tienen que soportar el ruido del mundo. Gracias a Dios que vivo bastante lejos del centro de la ciudad, pero aún así, se llega a oír esos ruidos tan terribles por todo los rincones de la ciudad, menos fuerte en mi caso.

    Verdaderamente el silencio es un don del Señor para oír y comprender a nuestro Dios y Señor Jesucristo.

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  3. Gracias por sus comentarios, sus oraciones hacen falta, y el signo de hacerla ayuda mucho también. Debemos esforzarnos en buscar espacios para orar. Mañana tengo una hora de oración, de 10 a 11 hora canaria, y rezaremos también un rosario. Pediré por todos los blogueros católicos, de forma especial por ustedes dos. Juan Carlos y la Iglesia Santa y Católica, para que no decaiga el ánimo que, al menos a mí, me han dado.

    Y les comparto mi oración que, movido por estos impulsos, acabo de dejar en el apartado de "dejanos una oración" de este blog:

    Te doy gracias, DIOS mío, por estos momentos de esperanza, de inquietudes y de humildad, porque dándome cuenta de mi pobreza, de mis limitaciones y de mis fallos constante, tengo la confianza de ser perdonado y aceptado por tu Misericordia Infinita.

    Eso me hace levantarme, aceptarme, tal y como TÚ me has hecho, y tener la confianza de que tu Amor me salva y me perdona.

    Gracias, SEÑOR.

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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.