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martes, 20 de noviembre de 2012

¿ESTOY SEGURO QUE NO ME ESCONDO?

 Según la enseñanza de los rabinos en el tiempo de Jesús, ...

Porque ocurre que hay muchas maneras de sentirse perseguido, y también muchas maneras de huir. Supongo que me escondo cuando huyo de mis responsabilidades y también cuando me dejo arrastrar por mis comodidades y apetencias. Sí, es una manera de sentirse perseguido, pero una persecución interna quizás más dura y peligrosa que las externas.

Zaqueo al parecer la superó, porque saltó por encima del que dirán de sus paisanos, amigos y enemigos, y venciendo la timidez o cualquier otro complejo que le perseguía soltó su curiosidad para moverse, buscar y ver a Jesús. Porque no se puede hablar de Jesús sin conocerle, y de bobo sería negarlo sin apenas saber nada de Él. 

Vale la pena conocer a Jesús, enterarse de su actitud ante la vida, ante la justicia, ante los hombres. Saber qué piensa y sobre todo qué hace. Sin ese conocimiento no se puede hablar, y sobre todo mal de Él. Por eso, creo que Zaqueo fue muy inteligente, más que como recaudador y avispado para ganar dinero. Supo buscar, conocer y, por supuesto, encontrar el  verdadero Tesoro que es conocer a Jesús.

Por eso, Señor, solo te pido que me des la sabiduría como Zaqueo y otros que, movidos por tus obras y tus enseñanzas, saltaron como Bartimeo para buscarte en el camino. Dios mío, alumbra mi vida y mis actos para que antes de apartarme de Ti y de serte indiferente, mi vida se apague. Amén.

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