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martes, 27 de noviembre de 2012

QUEREMOS LA ETERNIDAD...

 Nuestra vida ha de ser testimonio de la vida eterna

porque es una aspiración que nace desde lo más profundo de nuestro corazón. ¿Quién no se ha preguntado sobre su eternidad? ¿Quién no desea y aspira a ser eterno? No hay discusión, todos deseamos ser eterno, pero en el peor de los casos nos resignamos erróneamente.

Porque hay una oferta de eternidad a pesar de vivir en un mundo caduco y enfermo. Enfermo por su propia codicia y soberbia, pero que tiene dentro de sí la formula de sanar y vivir para siempre. Es la maravilla del amor, el amor que todo lo puede, hasta conseguir ser eterno.

Esta es la promesa que nos hace Jesús: "La vida eterna y gozosa para todos aquellos que creen en Él y comen su Cuerpo y beben su sangre". Y lo más sensato es buscarlo, conocerlo y experimentarlo. Así hicieron los apóstoles y ya sabemos lo que sucedió después.

Danos, Señor, la sensatez de buscarte y de pedirte eso que todos deseamos y aspiramos: "La vida eterna gozosa y plena de felicidad", y de conocerte mejor hasta el punto de saber que aquí, en este mundo, no encontramos lo que queremos y todo es caduco y finito. Es en Ti donde hallaremos la fuente de la eternidad y la felicidad. Amén.

1 comentario:

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.