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sábado, 28 de septiembre de 2013

ÁBREME MI CABEZA Y DAME SABIDURÍA, SEÑOR



Necesito entender muchas cosas porque, ¡Tú, Señor, eres tan grande! Dame la sabiduría de entender ese camino de cruz que, para seguirte a Ti, he de recorrer. Dame también la fortaleza de saber recorrerlo con alegría y esperanza. Meteme en la cabeza que detrás de esa aventura vital está tu llamada y la esperanza de esa vida que busco.

No permitas que cambie esa hermosura y maravilla de caminar en y con tu Cruz para mitigar y aligerar mi pequeña cruz. Lléname de la esperanza de vivir para Vivir en la eternidad. Es eso lo único que vale la pena de este mundo. Fortalece mi voluntad para combatir y negar todo aquellos apegos y apetencias que me prometen felicidad y esconden el vacío y la desesperación.

Enséñame a no dejarme convencer por las admiraciones y adulaciones. No son buenas alfombras para ayudar a caminar. Esconden espinas detrás de sus aparentes promesas vacías y falsas. Guíame siempre por el camino de la Verdad, aunque a veces sea tenebroso, dificultoso y sacrificado. Tú estás ahí, donde la Verdad siempre sea abrazada y defendida. Y llegado a Ti, todo se hará luz y gozo.

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