Páginas

Páginas

viernes, 13 de septiembre de 2013

SÁCAME LA VIGA DE MI OJO, SEÑOR



No puedo ver la viga de mi ojo mientras Tú Señor no me la ilumines. Veo las de los demás, pero la o las mías no. Me cuesta incluso pensar que yo tengo una viga y aquel tiene simplemente un brizna. Yo me creo mejor, y quizás esa autosuficiencia es la que me ciega para ver mis vigas.

Dame tu luz y fortaleza Señor para poder sacarme las vigas que obstaculizan mi visión, y poder ver y sacar las briznas de los ojos de otros. No sé que más decirte Señor. Mis palabras son torpes y escasas. Mis inmensas vigas mi cierran mis ojos y sin tu luz nada veo.

Ilumina mi camino y hazme sentir el olor a fiesta y alegría que, aunque no la celebre ni la oiga, espere celebrar algún día, cuando la luz de mis ojos, limpiadas las vigas, se abran y vean la Luz Eterna de los tuyos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.