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martes, 28 de enero de 2014

HAY MUCHOS DEMONIOS EN MI VIDA



No está el camino despejado y fácil, hay muchos peligros que acechan nuestro recorrido. Estamos invadidos por muchos demonios que disfrazados de diferentes formas tratan de seducirnos y engañarnos. El manto de la soberbia nos apetece en muchas ocasiones y nos gusta imponernos y castigar a los que nos descubren o nos exigen para el bien de todos.

Pero en otras ocasiones, el demonio, se disfraza de pereza, de gula, de avaricia, de venganza, de pasión y de egoísmos que nos arrastran a cambiar el rumbo de nuestro camino en dirección contraria a la que nos impulsa el Espíritu Santo. Por eso necesitamos agarrarnos fuertemente al Espíritu para luchar y superar esos momentos críticos que nos inclinan al mal.

Nuestra arma más valiosa es la oración, porque con la oración damos libertad al Espíritu Santo para que nos defienda y nos capacite para la lucha, y en Él estaremos seguros de la victoria. Nos costará, pues algo que tendré que poner de mi parte, pero nos haremos fuerte por la Gracia de Dios para vencer.

El Señor es mi Pastor y nada temeré estando con Él, a pesar de ir por colinas y valles, pues Él me acompaña y me protege.

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