Páginas

Páginas

martes, 4 de febrero de 2014

NUNCA PODREMOS RECOMPENSARTE



Somos limitados y nuestros actos no llegan a estar a la altura de poder pagar tanta Gracia ni favores recibidos. Nuestra limitación es tanta que no llegamos ni a comprender ese tan grande misterio de tu amor. ¡Tanto recibido de forma gratuita y sin posibilidad ninguna de poder pagarlo!

¡Ese es el gran misterio de tu Amor, Señor! Ni siendo sumisos y fieles a tu Voluntad seremos dignos de recibir todos tus dones, porque somos todo tuyo, Señor, simples criaturas de tu Amor. Hay tanta infinitud entre nosotros y Tú, Dios mío, que no podemos ni siquiera imaginar ese misterio. Nuestra ignorancia es tal que sólo Tú, Señor, puedes dárnosla a entender.

Por eso Señor, mejor no decir nada sino postrarnos ante Ti y darte humildemente gracias por todo lo recibido, por la vida y también por la muerte, porque a través de ella entraremos, por tu Misericordia y Amor, a compartir contigo nuestra humilde vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.