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domingo, 9 de febrero de 2014

TÚ, SEÑOR, ERES LA FUENTE DE LUZ



No puedo alumbrar con luz propia Señor, porque mi luz es pobre, deficiente y finita. Deja muchas sombras y caminos oscuros que no son posibles de recorrer. Necesito una Fuente inagotable y llena de Fuerza para que mi luz sea una luz clara, firme, poderosa y capaz de iluminar todo el camino para los que, junto a mí, quieren recorrerlo.

Y no puedo subir tan alto porque mi debilidad es tal que me puedo caer y no levantarme más. Dame Tú Señor la Fuerza para sostenerme en lo más alto de la montaña para que mi luz se pueda divisar de todos los lugares y rincones de mi vida. Haz de mi corazón un rincón donde Tú seas el centro de todas mis atenciones. Un rincón para orar solamente para Ti.

Y que esa oración genere la sal suficiente para que todos los que se acercan a mí queden impregnados de tu aroma y de tu Gracia, Señor, y puedan saborear el gozo de permanecer en Ti. No permitas que mi sal se corrompa y se pudra, así como mi luz se extinga y se apague. 

Dame el calor que la separe de las aguas estancadas para que den sabor a la vida y enciendan la luz que la ilumine.


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