Páginas

Páginas

lunes, 17 de marzo de 2014

MI SALVACIÓN ESTÁ EN MIS MANOS



Todo depende de mí. Así lo has querido Tú Señor y así ha de ser. Me has creado libre y eso significa que tengo la opción de elegir lo que Tú me dices, indica y señalas, o hacer lo que yo creo y me apetece. Así de grandioso que no nos damos cuenta de ese gran tesoro regalado.

Sin embargo, Dios mío, me doy cuenta que esa tarea es muy grande para mí. Mi corazón está tocado por el egoísmo de mirarse sólo él. Estoy encadenado y esclavizado por mi humanidad pecadora y por mí mismo será imposible que pueda liberarme y dominar mis pasiones, instintos, afectos y sentimientos y ponerlos por debajo de tu Amor y tu Voluntad.

Por todo eso Señor, no me dejes solo y no permitas que me atreva a emprender el camino por mi cuenta. Nada soy sin Ti, mi Señor y te pido que me asistas y llenes de tu Gracia en el Espíritu Santo para poder vencerme y dominarme. Es verdad que tengo que dar una respuesta porque Tú la has dejado en mis torpes manos, pero también es verdad que nos ha sido enviado el Espíritu Santo para acompañarnos, guiarnos y aconsejarnos en la lucha de cada día. Sin Él no podríamos conseguirlo.

Por eso Señor, mi salvación depende de Ti porque sin Ti nada podría hacer. Lléname de tu sabiduría y voluntad para poner mi vida en tus Manos y no las mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.