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martes, 3 de junio de 2014

¡PADRE MÍO, FORTALÉCEME EN MI HORA!



Yo sigo en el mundo Señor, aunque no soy del mundo porque Tú me has llamado y yo quiero responder a tu llamada. Pero no basta con mis intenciones, porque mi naturaleza está tocada, derrumbada y muy herida por el pecado. Mi soberbia, mis apetencias sensuales, carnales, físicas... Mi humanidad materialista, consumista y capitalista levantan una muralla difícil de franquear.

No bastan mis solos esfuerzos, ni tampoco mis oraciones, sino tu Gracia Señor y tus ruegos al Padre para que me saquen de esta selva de condenación. Qué alegría oír de tus Palabras este ruego al Padre: «Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti». Cuanta seguridad, confianza, esperanza y amor se descubren desde tu Corazón derramándose hacia el nuestro.

Gracias Señor Jesús porque con tu Vida has salvado mi vida y la de todos los hombres, y nos das la esperanza de llevarnos a la Casa de tu Padre para gozar de la dicha eterna en su presencia. Amén.

1 comentario:

  1. Gracias Señor por que tu llamada es siempre nueva, y cada día me llamas a formar parte de ti , gracias por sigue orando por nosotros ante el padre.

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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.