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martes, 23 de diciembre de 2014

PREGUNTARME QUÉ CAMINO TENGO QUE TOMAR ES PREPARARME PARA VIVIR LA NAVIDAD

Navidad es comparti no consumir


No es prepararme para la Navidad engalanar la casa, preparar una suculenta y apetitosa cena y sabrosos dulces. Ni tampoco intercambiar regalos o cantar villancicos. Claro que la Navidad es todo eso, ¡faltaría más!, es alegría, entusiasmo, fiesta, comidas, gozo y cánticos. Celebramos la venida del Señor, el Salvador del mundo, y no podemos esconder nuestra alegría.

Pero la Navidad, aparte de todo eso, que es consecuencia la venida del Señor, la Navidad es acoger esa venida de Jesús y darle cobijo y lugar en nuestro corazón. Y le hacemos sitio en la medida que nos esforzamos en ser pacientes, comprensivos, humildes, suaves y buenos. Es decir, en la medida que tratamos de vivir el amor.

No por mucho cantar, comer, regalarnos, felicitarnos, cumplir con visitarnos esos días y hasta portarnos bien un ratito, todo está hecho o hemos vivido la Navidad. No, la Navidad es un camino que empieza y que Jesús, que viene a este mundo, quiere recorrer contigo. Navidad es pues, dar el pistoletazo de salida a ese camino y empezar a dejarlo salir de nuestro corazón.

Navidad es mecer la cuna del Niño Dios y crecer con Él. Crecer en allanar los caminos, enderezar lo escabroso, igualar las colinas... Navidad es hacer del jardín de mi corazón un huerto florido de amor.

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