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domingo, 11 de enero de 2015

SÓLO TE NIEGAN, SEÑOR, AQUELLOS QUE ESTÁN CIEGOS



No hay nadie más ciego que aquel que cree ver todo, porque nadie hay que haga todo mal, ni tampoco que haga todo bien. Todos tenemos lagunas que nos impiden ser perfectos, pero también tenemos cualidades que nos hacen mejorar. 

Es posible que muchos confiesen que son felices, pero eso, sabemos, que no es cierto. Y lo sabemos por propia experiencia. No hay nada sobre la tierra que nos colme plenamente. Se puede afirmar que sí, pero se afirma en mentira. Simplemente, tomar conciencia de nuestro fin nos entristece y no nos permite ser felices plenamente. Toda afirmación que confiesa lo contrario, así como no tener miedo a la muerte no está apoyada en la sinceridad ni en la verdad.

Se puede confesar lo que se quiera, y hasta confundir, pero la verdad es que todos buscamos, hasta que nos llegue la hora de nuestro final aquí, la plena satisfacción y gozo. Pero no un gozo que experimentamos se nos escapa y caduca, sino un gozo perdurable, eterno. Llegamos en las postrimerías de nuestra vida a concluir que aquí, en este mundo, no se encuentra.

Aspiramos, pues, a conseguirlo, pero, por soberbia, nos resignamos a perderlo. Y no admitimos que Jesús nos lo ofrezca y nos hable de que en Él podemos conseguirlo. Y ahí se acaban nuestros miedos. Esas fueron sus últimas Palabras, por lo que deducimos la gran importancia del Bautismo.

16Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
18Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
19Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
20y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.» (Mt 28, 26-20)

O estas: 15 Y les dijo: “Id por todo el mundo y anunciad a todos la buena noticia.h 16 El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado.i 17 Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas;j 18 cogerán serpientes con las manos; si beben algún veneno, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y los sanarán.”k
Ascensión de Jesús
19 Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielol y se sentó a la derecha de Dios.m 20 Los discípulos salieron por todas partes a anunciar el mensaje, y el Señor los ayudaba, y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas.] (Mc 16, 15-20)

Este fue su último encargo, con lo que vemos lo importante que es el Bautismo y la proclamación de la Palabra. Bautizar supone catequizar y evangelizar. Pidamos al Espíritu Santo la Gracia de proclamar la Buena Noticia del Bautismo.

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