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jueves, 5 de febrero de 2015

CADA PALABRA TUYA ES UN ENVÍO DEL MENSAJE DEL SEÑOR



Si tomas conciencia de tu misión, cada palabra pronunciada es un envío que el Señor pone en tu lengua y en tus labios. Porque a través de tus palabras puedes expresar el amor a tu prójimo, y en tu prójimo puedes proclamar que sirves y amas a tu Dios. No tienes que esforzarte en predicar con palabras mágicas ni hermosas, sólo tienes que amar.

Y amas cuando te portas con tu prójimo como contigo mismo; amas cuando sonríes con buena intención desde lo más profundo de tu corazón;  amas cuando derramas toda tu sinceridad y tu bien intencionado y limpio compromiso; amas cuando tu corazón está cargado de una actitud constructiva, pura, generosa, bondadosa y compasiva; amas cuando experimentas misericordia y comprensión.

Y descubres que en el intento de ser y vivir en ese esfuerzo, estás amando, y si amas, experimentarás la paz y el gozo de sentirte bien contigo mismo y con los demás. Pero de manera especial sentirás la paz que viene del Señor, y la alegría de sentirte amado y querido. 

Amar está muy dentro y cerca de nosotros mismos. Diría que cada día no hacemos sino amar, porque cada acto relacionado con los demás es un acto de amor. Amamos cuando damos el paso a otra persona. Amamos cuando respetamos el derecho de otra persona en la cola del supermercado...etc. Amamos muchas más veces de las que creemos. Posiblemente ocurra que no tomamos conciencia de ese amor, porque si pensamos un poco, somos amor pues venimos de un Padre Amoroso.

¡Oh, Señor,!  danos la capacidad de descubrir, cada día y a cada instante, los muchos y numerosos momentos de amor que realizamos con nuestros prójimos, y derrama sobre nosotros tu paz, sabiduría y fortaleza para que sigamos cada día viviendo desde el Amor tu Voluntad. Amén. 

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