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sábado, 10 de diciembre de 2016

NECESITO DE TI, SEÑOR

Cada día nace de nuevo, porque cada día trae sus afanes y esperanzas. Y necesito renovarlas, apoyarlas y descansar en Ti, Señor. Porque su peso me doblan mis rodillas y me hace desfallecer. Necesito de Ti, Señor, y quiero prepararte cada día un lugar cómodo y espacioso donde Tú puedas estar a gusto y sentirte a bien conmigo. Un lugar grande, el más importante, dentro de mi corazón, para que seas Tú quien reine en él y mis días contemplen tu despertar y tu Gloria.

Dame, Señor, la Gracia de ver a los demás, tal y como Tú los ves, para poder así contemplar y ver la bondad de cada uno como Tú lo haces y los ves. Dame la sabiduría de abajarme, de humillarme y ver con esperanza todos mis errores y pecados; toda mi vida de fracasos y suficiencias, y, también, mis logros. Que ellos sirvan, no para engreirme, sino para darte Gloria y Alabanza, y glorificar tu Nombre.

Aviva mi fe y abre mis ojos, para que mi corazón vea claro tu presencia y tu venida. Que mi corazón se haga tu morada, y así como hiciste con tu Madre, María, Madre y Señora nuestra, morando en su seno y llenándola de Gracia, has también con nosotros, tus humildes siervos, morando en nuestro corazón y llenándonos de tu Gracia. Amén.

2 comentarios:

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.