Páginas

Páginas

viernes, 7 de abril de 2017

VALE LA PENA COMPLICARSE POR AMOR


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Seguir a Jesús no nos supone que las cosas se nos arreglen. Al contrario se no complica. En el Evangelio de hoy vemos como, Jesús, se siente amenazado y por mucho que trata de convencerles presentando todas sus obras, no le hacen caso. Están ciegos y llenos de oscuridad de ambición, de soberbia,  de pecados que no quieren lavar.

Amar no supone camino llano. El amor complica la vida. Es lo que ocurre en el matrimonio y en el enamoramiento. Cuando amas sabes que la vida se te puede complicar, pero lo aceptas de muy buena ganas, porque tu amor está dispuesto a afrontarlo y superarlo. El amor lo puede todo, y, en Jesús, hasta con la muerte. Amamos a Jesús, no porque las cosas se nos vayan a solucionar, lo mismo que ocurre con nuestro matrimonio, sino porque con el amor de Jesús nos va a ir mejor, ¡¡mucho mejor!! que con todo lo que nos puede ofrecer este mundo: éxito, dinero, fama, privilegios, poder pasión, placeres...etc.




Seguir a Jesús es la mejor opción que podamos descubrir, porque detrás de todo lo demás no hay sino vacío, sin sentido, envidias, luchas, enfrentamientos y caducidad que termina con la muerte. Y, de eso no hace falta hablar mucho, porque todos lo sabemos, pero igual nos sucede como aquellos judíos, que estamos obcecados, ciegos y rodeados de tanta oscuridad que nos vemos ni por donde vamos.

Pidamos luz, mucha luz, para encontrar el verdadero sentido del amor. Porque, ocurre, que nos empeñamos en amar de forma egoísta, placentera, mirándonos el ombligo y eso termina por destruirnos y destruir todo lo que nos rodea. 

Pongamos toda nuestra confianza en las Manos del Señor y, viendo todas sus obras buenas dejémonos conducir por su Palabra y la acción del Espíritu Santo. Amén.

1 comentario:

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.