Páginas

Páginas

sábado, 8 de abril de 2017

HAN DECIDIDO MATARLE


Me pregunto, ¿qué he decidido yo? Porque también yo tengo mi responsabilidad y tomo parte en esa decisión. Porque, quizás, dentro de mí también pulula esa misma respuesta, "matarle". Porque se me ha dado esa oportunidad, elegir estar con Él o rechazarle. Y eso equivale a condenarlo y matarle dentro de mi corazón. 

No hay ninguna diferencia con la condena que le dieron aquellos judíos contemporáneos y la que puedo decidir yo ahora, en este instante  y en estos momentos de mi vida. Porque te condeno, Señor, y te mato cada vez que te ignoro en el hermano que tengo a mi lado y sufre y padece; porque te condeno a muerte cada vez que desoigo tu Palabra y atiendo la del mundo que me rodea; porque te mato cuando me instalo en mis apegos, apetencias y hábitos cómodos y de bienestar; porque elijo tu condena y muerte cuando desoigo tu Voluntad y dirijo mi vida según la mía, instalado en mis pecados y rechazando la acción del Espíritu Santo.

Y, hoy, consciente de mis debilidades y pecados, quiero pedirte, Señor, que me des la capacidad de ver tu Camino y escuchar tu Palabra, comprenderla y vivirla. Vivirla en tu Gracia y dirigido por el Espíritu Santo, que me auxilia y asiste en el verdadero camino de salvación según tu Voluntad.

Quiero pedirte, Señor, luz y sabiduría para saber caminar por este mundo, difícil y lleno de peligros y tentaciones. Y, en esta hora que me ha tocado vivir, caminar en tu Palabra y Voluntad, y, fortalecido en ellas, vivirlas intensamente. Pero, también, te pido perdón por todos mis errores, caídas, debilidades, fallos y pecados. Por mis miedos, mis apegos y comodidades. Por mis impaciencias y mis inclinaciones a no comprometerme y despreocuparme para vivir cómodamente, pensando sólo en mí.

Sé, Señor, lo mísero que soy, y te pido levantes a este humilde y pobre pecador que, sin Ti, Señor, se experimenta perdido y muerto. Amén.

1 comentario:

  1. Gracias, yo también hoy me pregunto ¿Cuántas veces en mi vida lo he matado? gracias, un feliz y santo sábado.

    ResponderEliminar

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.