Páginas

Páginas

miércoles, 14 de junio de 2017

QUIERO CUMPLIR Y DAR EJEMPLO

Esa es mi obsesión, Señor, cumplir con tus mandatos poniéndome en Manos del Espíritu Santo, que me dirige, me guía y me da fuerzas, valentía y voluntad para hacerlos presentes en mi vida. Pero, al mismo tiempo, experimento mi impotencia, mis comodidades, mi sentirme instalados y no querer abandonar mi tierra. Me siento en la piel de Abrahán y también en la del joven rico.

Quiero escucharte y obedecerte, pero, al mismo tiempo, experimento la carne y la pasión dentro de mí que tiran de mi ser para abandonarme a la vida mundana, aun sabiendo que es mi perdición. En esos momento me veo en la piel del hijo, y hermano menor, de la hermosa parábola donde Jesús me ha revelado el Amor del Padre. Me siento atraído por el mundo y no resisto la tentación, y le pido al Padre mi herencia para administrarla según mis ambiciones y pensamientos.

Me da vergüenza tanta miseria y pecados, Señor. Me da vergüenza que sigas amándome tanto y dispuesto a dar la vida por mí. ¡Cuantas veces te he traicionado y defraudado! Y todavía me aguardas y me abres los brazos para darme la Vida Eterna en gozo y plenitud. ¡Señor!, quiero cumplir tus mandatos, pero cumplirlos entregando toda mi vida. Dame esa fuerza que necesito y fortalece esa, mi voluntad, débil y sometida a la seducción del mundo. Guíame por el camino donde pueda vencerme y experimentar gozo y alegría cumpliendo tus mandatos y sirviendo a los demás.

Porque esa es realmente tu Voluntad: "Darnos en servicio y caridad a los demás por verdadero amor". Eso es lo que Tú nos has enseñado y la Ley que nos has dado, la del Amor. Danos, Señor, la Gracia de saber y poder cumplirla en contraposición a este mundo caduco que nos tienta engañándonos y seduciéndonos con falsas promesas, ambiciones y pasiones que nos alejan de Ti y nos llevan a la muerte.

Gracias, Señor, por tu venida, por tu encarnación, por tu amor que, entregándote enteramente a la Voluntad de tu Padre del Cielo, nos has dado testimonio y ejemplo de lo que también nosotros tenemos que hacer, injertados en el Espíritu Santo, enviado por el Padre, para cumplir tu Voluntad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.