Páginas

Páginas

jueves, 27 de julio de 2017

LA OPORTUNIDAD DE HABLAR CON DIOS

No es algo corriente ni pequeño. Se trata de hablar con Dios. ¡Dios mío, hemos perdido la capacidad de asombro y del amor primero! Nos acostumbramos a orar, que consiste en hablar con Dios, y nos parece algo tan común y frecuente que, igual no le damos mucha importancia. De esa manera, posiblemente, nuestra oración no tendrá toda la atención y escucha que necesita. Y, posiblemente, nuestros oídos no oirán, ni nuestros ojos verán.

No es que quiera preocupar ni preocuparme mucho por ello. Soy humano y pecador, y muchas veces, lo confieso, me he culpado de hacer de mis oraciones una rutina diaria. Se me va el santo al cielo y la hago de forma mecánica. Trato de enmendarme, pero experimento que vuelvo a caer. Sin embargo, sigo poniendo toda la atención de la que soy capaz y siendo perseverante. Porque es el Señor quien me dará la Gracia de despertar mi atención y mi conciencia, y el gozo de estar en su presencia.

Por eso, nunca mejor ocasión para suplicarle, pedirle y rogarle que me llene el corazón de su Gracia y me haga sentir el gozo, la alegría y la paz de que mi oración sea cada día más gozosa, atenta y llena de paz. Porque, siendo así, también será más plena y sabia, ya que tendrá la sabiduría que viene de Dios y la que nos hará ver el camino de la verdad y del amor.

Por todo ello, Señor, te pedimos que nos abras nuestros oídos y nuestros ojos, y que estemos atentos a tu Palabra, para, si no entender, si perseverar y confiar en que el Espíritu Santo nos guiará, revelándonos todo lo que necesitamos, para seguir tu Camino y cumplir con tus Mandatos y tu Voluntad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.