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miércoles, 15 de agosto de 2018

MARÍA, MADRE DE DIOS

Resultado de imagen de María asunta al Cielo
Te quedas con la boca abierta cuando tomas conciencia que María, esa joven sencilla, humilde y tan normal fue elegida para ser nada más y nada menos que la Madre de Dios. María, de la que hoy la Iglesia católica celebra su Asunción a los cielos, dogma de fe que todo cristiano acepta y cree de forma absoluta. Y es que es tan normal y lógico que sería un disparate absurdo no creer o pensar lo contrario.

Estaba ya en el ambiente y aceptado por todo cristiano. ¿Cómo no va a llevar y a pedirle al Padre que suba al Cielo a su Madre? ¿Hay algún hijo que no quiera para su madre lo mejor? Y es que somos tan pequeños que no nos cabe en la cabeza que una mujer tan sencilla, humilde y entresacada del pueblo sea elegida para ser la Madre de Dios.

¿Qué méritos puede haber hecho María?¿Es qué podemos hacer méritos para merecer algo delante de Dios? La elección de María y la del pueblo de Israel, como pueblo de Dios, no podemos entenderlo. Al menos a mí no me cabe en mi pobre y limitada cabeza. Sin embargo, algo tuvo y tiene María para ser elegida Madre Dios, y también Madre nuestra. Destaca su humildad y su obediencia. Humilde para, siendo la Madre de Dios, permanecer al mismo nivel que los pobres y los pequeños, los preferidos de su Hijo. Humilde y sencilla para, no esperar ser servida, sino estar disponible a servir.

Y, sobre todo, confiada en la Voluntad de Dios. Un Dios al que somete libremente su voluntad y del que se fía según su Palabra. Y, María, entregada a la Voluntad de Dios queda llena de Gracia y de todas las virtudes que deben acompañar a la Madre de las Madres. 

En este día celebrativo, donde no hay ningún pueblo que deje de recordarte y proclamar tu grandeza, Madre, queremos pedirte que nos acompañes e intercedas por todos nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte, para que vivamos siempre en la presencia y en la Palabra de tu Hijo, nuestro Señor Jesús. Amén.

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