Páginas

Páginas

sábado, 28 de septiembre de 2019

DANOS, SEÑOR, FORTALEZA PARA SOPORTAR NUESTRA CRUZ

Imagen relacionada
Igual que el Señor, yo, su discípulo por mi compromiso de bautismo, tendré que padecer una muerte, como Él, de cruz. Porque, el discípulo no es mayor que el maestro, nos dice el Señor - Lc 6, 40 - y, si Él nos ha anunciado que será condenado y padecerá una muerte de cruz, nosotros tendremos que tener muy claro que nuestro camino tendrá como destino la cruz. Es decir, nuestro camino de seguimiento al Señor es un camino de cruz. Está, pues, claro que seguir a Jesús nos exige cargar con nuestra cruz, la que se ajusta a nuestra medida y a nuestra capacidad.

Jesús no vino para darnos una vida cómoda y sin problemas, nos dijo un día que había venido a traer la guerra, no la paz, entre nosotros - Mt 10, 34 - sino para, entregándola por amor, luchar por la verdad, la justicia, la dignidad y la paz entre los hombres. La felicidad y el gozo que buscamos tiene un precio, pero no un precio en dinero como se hace aquí en este mundo, sino un precio valorado en la cantidad de amor que estás dispuesto a gastar de tu vida en aliviar a los que sufren y en anunciar que Jesús es la verdadera Vida, el Camino y la Verdad.

Eso, Señor, lo quiero tener claro para transmitirlo, y eso es lo que te pido en primer lugar con todas mis fuerzas. Pero, también, Señor, te pido que me des la fortaleza para, no sólo transmitirlo de palabra sino incluyendo el testimonio de mi vida. Es lo que más deseo ahora en este momento, y lo que siento dentro de mi corazón. Por eso, creo estar dispuesto a cambiar todo lo que tengo y a darlo todo si tú enciendes mi corazón. Y no hablo de cosas extraordinarias, sino lo ordinario de mi vida diaria, esforzándome en sobrenaturalizar todo lo pequeño y natural de mi vida, y en naturalizar todas lo que acontece a diario en mi vida sabiendo que vienen de Ti y son para tu Gloria.

En ese esfuerzo sencillo y humilde de cada día aceptando mi pequeñez y mi pobreza, y sabiendo que todo viene de Ti, mi Señor, te doy gracias por todo y abro mi pobre corazón a tu Gracia para en y con ella se vaya transformando a tu estilo y según tu Voluntad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.