Páginas

Páginas

viernes, 22 de noviembre de 2019

ORAR, LA FORMA HABITUAL DE HABLAR CON DIOS

Resultado de imagen de Lc 19,45-48 por Fano"
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Nuestro Dios es un Dios dialogante y abierto a intimar con cada uno de sus hijos. Por eso, el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es un ser en relación. Es decir, un ser necesitado de relacionarse y dialogar, sobre todo, con su Creador. Jesús, enviado por su Padre a redimirnos, y conocedor de nuestra naturaleza humana, que el mismo tomó, nos enseña a orar con nuestro Padre y a relacionarnos con Él. Ya, de antemano y para eso, nos ha enseñado el Padrenuestro, esa oración hermosa y rica en contenido para que no divaguemos y nos perdamos pidiendo cosas innecesarias e inservibles para alcanzar nuestro verdadero y único destino.

Por todo ello, te damos gracias, Señor, por tu presencia Eucarística, y por permitirnos hablar contigo, escuchándonos y regalándonos lo que necesitamos para alcanzar la Vida Eterna que nos has prometido gratuitamente. Gracias, Señor, por indicarnos la forma de orar con esa hermosa oración del Padrenuestro y, te pedimos, que nos la enseñe cada día mejor, no sólo a rezarla sino a vivirla en cada instante de nuestras vidas. Porque, queremos santificarte, vivir según tu Palabra y hacer presente tu Reino entre nosotros por y con tu presencia.

Queremos hacer tu Voluntad, no la nuestra que está sujeta a error. Pedirte el Pan Celestial de tu Espíritu bajo las especies de pan y vino, para fortalecer nuestro espíritu y ser fiel alimentados por tu Cuerpo. Y ser capaces de perdonar como Tú nos perdona, para, por tu auxilio librarnos de caer y ser presa de las tentaciones y  de permanecer  en el mal. Y del Maligno que nos acecha. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.