Páginas

Páginas

sábado, 18 de enero de 2020

GRATUIDAD Y ABUNDANCIA DESMESURADA

Resultado de imagen de Mc 2,13-17
Enséñame, Señor, a darme con abundancia y desmesura y a olvidarme de mí. Es verdad y cierto que soy humano y también siento hambre y frío y busco seguridades, pero, también, me duele que otros , que sienten como yo, sufran esas inclemencias. 

También, es verdad, que muchos las sufren por sus propios egoísmos, rebeldía y desobediencia. Y no nos parece bien soportarles y mantenerles sus caprichos y apetencias. Se muestran indomables y amigos de sus vicios y libertinajes. No son dóciles a estructurar sus vidas y guardar una necesaria disciplina. Viven a su libre albedrío desordenado  y sin normas.

No sé, Señor, si realmente eso es así o son justificaciones mías para evadirme del problema. Eso me inquieta y, Tú lo sabes, Señor, que yo quiero responder y hacer tu Voluntad. Por eso, Señor, quiero encontrar respuestas, aunque me temo que la única manera de averiguarlo es actuando y arriesgándome, a expensa de equivocarme. Posiblemente, será cuando el Espíritu Santo actúe y auxilie mi acción.

De cualquier forma, yo, Señor,  te lo seguiré pidiendo y aguardando pacientemente tu respuesta al mismo tiempo que iré intentando siguiendo las señales que creo Tú me indicas. A tu acción, Espíritu Santo, abro mi corazón. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.