Páginas

Páginas

sábado, 4 de septiembre de 2021

ENSÉÑANOS, SEÑOR, A SERVIR CON AMOR

 

Hacer obras buenas por y para que vean que soy buena persona, no voy a decir que está mal, pero, si diré que sirve para poco. Sí, realmente ayuda, pero si son realizadas para engordar y magnificar tu vida, tu importancia, tu ego narcisista y admiración, de poco te valen. Toda obra por grande y repetidas veces que se haga si no nacen de la buena intención del amor y por amor, serán obras sin valor.

Por eso, Señor, te pedimos desde este rincón de oración que nos enseñes a servir con y por amor. No es cosa fácil vencer tus propias apetencias y hábitos. Despojarte de tus apegos exige un gran esfuerzo y una recia voluntad y, posiblemente, con tus propias fuerzas no podrás conseguirlo. Necesita un impulso, una chispa de motivación, ese granito de fe que te alimenta y llena de esperanza para, en manos del Espíritu Santo, superar todas esas dificultades que tratan de seducirte y minar tus esfuerzos y actitudes.

Experimento en mí mismo todas esas actitudes y, la batalla de cada día es resistir y resistir. Pero, resistir, ¿en y para qué? Porque, cuando no hay una meta trascendente que mira por encima de las cosas que te ofrece este mundo, tarde o temprano te llega el desfalleacimiento. Solo, apoyado en el Señor podemos avanzar y superar todos los obstáculos. Y el principal motor es el amor. Amar como el Señor - Xto. Jesús, nos ama y nos enseñó, con su Vida y Obras, a amar. 

Un amor incondicional y gratuito. Un amor consciente y dado con alegría y voluntariamente. Un amor sin esperar recompensa, ni admiración, ni, siquiera, recibir gracias. Un amor que hace y desaparece por la puerta de atrás. Un amor que solo lo podemos encontrar y recibir de Xto. Jesús. Por eso se lo pedimos, insistiéndole y suplicándole, que nos enseñe a amar.

 Danos, Señor, la Gracia de saber amar a tu estilo. No al nuestro, sino como tú nos has enseñado. Danos la paciencia de saber esperar y confiar en tu Palabra y de perseverar a pesar de nuestros fallos y caídas. Gracias, Señor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.