Señor, salimos a buscarte en la noche, rendidos y fracasados tantas veces. Y tú vienes a nuestro encuentro. Con tu amor, abrazas nuestra pobreza. Sin ti, nuestra vida no sería lo que es. Jesús, ¡qué alegría estar contigo!
Me hablas y te entiendo. Lo tuyo me sabe a vida. Acalla mis ruidos, mis temores. Te interesas por mí, por cada persona. Te atreves con el mal. Liberas a manos llenas. Dame tu Espíritu de valentía para caminar contigo. Deseo poner un poco de bondad allí donde el mal parece tener todas las de ganar. Hay muchos que siguen esperando palabras y gestos liberadores. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina
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