Te busco, Señor, porque sé que estás en el corazón de la vida, en la debilidad, en el corazón de los cansados, en las fragilidad de los que sufren. Te busco, Señor, porque quiero llevar alegría, paz, esperanza y amor al corazón de los que tengo cerca. Te busco porque quiero abandonar mi vida comodona, mediocre y frágil y entregar a la verdad como hizo tu Hijo. Te busco porque quiero cambiar mi vida, porque quiero dejarme tocar profundamente por tu amor misericordioso, porque quiero abrir mi corazón, sediento y ansioso de Ti, para conocerte, amarte y dejarme amar. Quiero volver al inicio para encontrarme contigo, para revertir aquello que me separa de ti, reconstruir mis valores, regresar al camino y seguir las sendas de tu Evangelio. Quiero llenar mi corazón de tu amor, Señor, y a la luz del Espíritu estar atento a tu llamada. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.