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sábado, 26 de mayo de 2012

DAME UN CORAZÓN PARA AMAR

reconstruye mi corázón roto...

Porque hay mucho ruido a mi alrededor. Los pasos de los que te seguimos no son todos uniformes. Hay quienes corren muy deprisa y tropiezan o resbalan; están otros que apenas se mueven y, aparentemente, ni caminan; otros por el contrario hacen mucho ruido y no dejan en paz a los del al lado.

¿Qué hacer, Señor? Dame un corazón que pueda comprender, tolerar y unir todas esas dificultades y hacerlas partícipe de mi vida, de mi camino y de mis cruces para, amándolas, no importarme que te sigan, sino todo lo contrario, ayudarles a que te sigan.

Porque Tú, Dios mío, eres también su Padre, y quieres y permites que te sigan. ¿Por qué a ellos no? ¿Acaso me siento yo el discípulo preferido? ¿El hijo privilegiado o predilecto? Dios mío, si perdonas mis pecados, ¿cómo me atrevo yo a juzgar y señalar el pecado de otros?

Déjanos seguirte, Señor, junto a los demás. Amén.

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