La experiencia te enseña que en esta vida no está la felicidad plena. Quizás puedas conseguir algunos ratitos de felicidad que nunca llegarán a ser plenos, pero los malos momentos llegarán y en ellos se esconden la verdadera y plena felicidad si realmente abrazas la Cruz.
La Cruz en la que ha sido crucificado Jesús, el Hijo de Dios, quien ha dado su vida por nosotros y con su Pasión y Muerte nos ha redimido consiguiendo nuestra salvación eterna.
Danos, Señor, la sabiduría y la Gracia de saber buscar el verdadero camino que conduce a la única y verdadera vida feliz y eterna. Amén.
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Compartir es abrirte, hablar de lo que piensas y conoces. Si lo haces, te descubres, y animas al otro a hacer lo mismo. En ese diálogo salta el encuentro y el conocimiento mutuo, y así puede, con mucha caridad, nacer la confianza y el respeto por el otro. Es la mejor manera de vivir y de poner en practica la Voluntad de Dios.