Una cruz sabemos que significa. Es una carga pesada que nos crucifica lentamente en la medida que caminamos por nuestra vida. Una cruz nadie la quiere ni la pide, pero, otra cosa, es aceptarla y sumirla por amor. Jesús se entregó a una muerte de Cruz por Amor, para, dando su Vida, salvar la de nosotros. Y nos pide también a nosotros recorrer, cada uno con la suya, el mismo camino.
Hoy, Señor, te pedimos esa fortaleza que, en la paz, el gozo y la alegría, nos dé el poder para superar todos los obstáculos que la vida, nuestra vida, nos va presentando. Sabemos que el mundo, como te ocurrió a Ti, nos odia y nos repudia, pero, sabemos también, que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida, y que el camino del mundo no lleva a ninguna parte, sino a la perdición y la muerte.
Por eso, te pedimos paz, sabiduría y fortaleza para, injertados en Ti, podamos negarnos a las ofertas y tentaciones del mundo, y, cargando nuestra cruz, seguirte sin titubeos y con firmeza. Amén.
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