Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 18 de mayo de 2013

SEÑOR, NO PERMITAS QUE ME CONFUNDA



No permitas Señor que este mundo y sus cosas me confundan. Mantenme siempre con un corazón pobre, renovado y nuevo, capaz de ver siempre tu Rostro y no desviarme de tu camino. Invade mi mente de humildad y sencillez, y hazme siempre amigo de los pobres, los desheredados, los que te buscan porque este mundo no les sacia su sed.

Yo quiero sentir, Señor, esa sed. Esa sed de no estar satisfecho, de estar siempre en camino en busca de la fuente, de esa fuente que mana agua que salta a la Vida Eterna. No deje que me pare y atienda el canto de otras voces. Voces que confunden, que ofrecen una felicidad caduca, aparente y fácil. Tan fácil que luego desaparece y se hace el vacío.

¡No, Señor! No permitas que mi condición humana caiga prisionera de esas ataduras que esclavizan, que llevan a la perdición y a la muerte. Tú, Dios Padre mío, sabes de mi humanidad, de mis debilidades y pecados, y a pesar de eso me amas hasta el punto de enviar a tu Hijo a morir por salvarnos. No permitas que esa Muerte preciosísima se pierda en mi debilidad. Sostenme y mantenme siempre contigo, porque en Ti, Señor, estaré salvado.