Es el momento presente lo que hace el ayer, y lo que construye el presente que conforma el futuro. Pero, siempre es el presente lo verdaderamente importante y de lo que dependerá el futuro. El ayer se necesita para saber construir el presente, y con él, construir el futuro, pero no hay nada más importante que el momento presente que vivimos a cada instante.
Y ese momento, Señor, quiero vivirlo en tu Presencia. En tu sola Presencia, porque eres Tú lo único importante. Lo demás, tanto el ayer como el futuro lo dejo en tus Manos. Tú eres el Constructor de mi vida, de mi pasado y mi futuro, y Tú la irás modelando según yo, con la libertad que me has regalado, la ponga en tus Manos.
Y cómo soy débil y pecador, desconfío de mí, y me pongo en tus Manos. Haz de mí Señor un instrumento de tu Camino, de tu Verdad y de tu Vida, y condúceme, en el Espíritu Santo, por las rutas de la justicia y la paz. Que sean esas mis prioridades, y que mi corazón sea llenado de esas inquietudes y virtudes para que nunca deje de caminar en ese sentido.
Dame la fortaleza y la constancia de ser humilde y alimentado en tu Espíritu en el momento sagrado de cada día cuando te haces, por medio del pan y vino, presente en mí, y yo, por tu Gracia, en Ti. Amén.