Me sorprendo de mí mismo. Creo en tu presencia y mi vida sin Ti quedaría vacía, pero no reacciono como yo quiero. Es evidente que necesito más fe y confianza en Ti. Me sorprendo que otros te han dado más, mucho más que yo, y me pregunto por qué yo me he quedado a medio camino.
No tengo respuestas y sigo pensando que me falta fe. Pero Tú sabes Señor que yo quiero. Al menos sigo en el camino, y a trancas y barrancas continuo dando pasos, aunque muchas veces creo que camino más para atrás que para adelante. Pero quiero seguir caminando...
Y no quiero hacerlo solo, pues sé que no soy capaz, ni de recorrerlo, ni de acabarlo, ni tampoco de hacerlo bien. Sólo me quedas Tú, tu Fuerzas, tu Poder, tu Bondad y Misericordia, y sobre todo tu Amor. Por eso, convencido sí de tu Amor y Misericordia, sigo adelante y me sostengo en el camino porque sé que Tú me esperas y acompañas.
Pongo mi confianza y mi poca fe en tus Manos, Dios mío, y me pongo en camino a pesar de mi pobreza y limitaciones. En ti confío y en la esperanza de poder responderte según tu Voluntad.