Es el reto de mi vida, Señor, responder a tu llamada. Soy consciente de que me llamas desde el primer momento de mi vida, desde el primer instante de mi concepción.
Me has creado para eso, para amar en correspondencia a tu amor. No obstante, me has creado por amor y semejante a Ti, Amor Eterno, de forma que mi vocación es amar.
Pero, - el mundo - demonio - carne - son tentaciones que limitan mi respuesta y que la confunden hasta el punto de oscurecer el horizonte de mi vida y desdibujar tu figura alejándola de mi.
Y, por consiguiente, retrasan mi llamada y la desvían hacia otros objetivos de falsas apariencias de felicidad que se esconden en la mentira. Por eso, Señor, consciente de mis distracciones y mis fallos, te pido que ilumines mi camino y me llenes de la sabiduría que me lleva a responder a tu llamada y seguir tus pasos.