Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 10 de diciembre de 2018

PERDONA MIS PECADOS, SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 5,17-26
A veces dudo yo también. Mi naturaleza humana, débil y frágil, no escapa a la tribulación y el diablo se aprovecha de mi debilidad para tentarme y confundirme. Tiene mucha ventaja sobre mí y el mundo está en su mano para seducirme y engañarme. Me siento perdido si me quedo solo y te necesito, Dios mío, para la lucha de cada día.

Aumenta mi fe y dame la humildad y sabiduría para saberme pecador y experimentarme perdonado por tu Infinita Misericordia. Dame también la conciencia de pecado y que no relaje mi conciencia laxamente perdiendo la conciencia de pecado y considerando que todo lo que hago está bien. Dame, Señor, el conocimiento de no querer para otros lo que no quiero para mí y aplicar la justicia tanto a mi vida como a la vida de los demás.

Se me hace difícil en muchos momentos descubrir mis pecados de omisión. Quizás el miedo a perder mi fácil vida o mi confort establecido me tienta a no ver pecado donde a lo mejor lo hay. Es fácil confundirme y quedarme quieto, cómodo y bien instalado. Sacúdeme, Señor, y despierta mi naturaleza cómoda, dormida y acomodada. Fortalece mi voluntad e infunde dentro de mí ese espíritu decidido, comprometido, solidario y generoso a entregarme a servir y aliviar en la medida de mis fuerzas a los que sufren.

Es eso lo que me gustaría y quiero, pero mi naturaleza, mis egos, mis satisfacciones, mis apegos y apetencias me lo impiden. Necesito fuerza, generosidad, desprendimiento e impulso que superen todas mis perezas y acomodamientos, y una conciencia de pecado que me levante y me infunda dolor de contrición y deseos inmensos de arrepentimiento, para, postrados ante Ti, Señor, presentarte todas mis parálisis y acoger con suficiente humildad tu perdón. Eso te pido desde este rincón de oración con todas mis fuerzas. Amén.

viernes, 12 de enero de 2018

LA FUERZA DEL PERDÓN

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Jesús se presta a hacer milagros por su infinita compasión, y llevado por nuestra dureza de corazón, que no ve más allá del poder y lo espectacular. En el caso que hoy nos ocupa cura al paralítico que le presenta por la mala intención de aquellos escribas que piensan que Él no puede perdonar los pecados, pues eso sólo le pertenece a Dios. Ante esta ceguera, Jesús se ve obligado a despertarles su ignorancia y oscuridad.

Posiblemente, a ti a a mí nos ocurra algo parecido. Buscamos milagros; buscamos testimonios de gente que nos digan que han sido curados; buscamos grandes hechos; vamos a santuarios donde oímos se producen milagros; buscamos a oradores y envagelizadores que nos den razones para creer, para convencernos que Jesús, el Mesías enviado por el Padre, es el Hijo de Dios verdadero.

Y, quizás, piensa que tú no estás paralítico. A mí me sucede lo mismo. La realidad es que tenemos nuestros corazones paralíticos y enfermos. Necesitamos el masaje de la fe para que nuestros corazones se pongan en marcha y latan con latidos de fe. Necesitamos levantarnos y ponernos en marcha; tomar nuestra camilla, donde habíamos dejado tumbada todas nuestras esperanzas e inquietudes, y ponernos a caminar. A caminar acompañados de la misericordia de Dios.

Porque, estamos perdonados, estamos salvados siempre que, como aquel paralítico, nos pongamos, por nosotros mismos o llevados por otros, delante del Señor. Sí, el Señor quiere salvarnos. Él nos puede curar nuestras parálisis, tiene poder para eso y mucho más. Es Dios, el Creador de todo lo visible e invisible, pero no te puede salvar sin tu permiso. Te ha creado libre, con poder de decisión, y serás tú quien decidas si quieres curarte, no para un rato en este mundo, sino para siempre.

Para eso, necesitas ser perdonado. Por eso, la alegría de Jesús es poder perdonarte tus pecados contando con tu dolor y arrepentimiento. Sí, Señor mío, me pongo a tus pies con todo el dolor de mi corazón y arrepentido de todas mis faltas imploro tu Misericordia y Perdón. Amén.