No descarto ese impulso que todos tenemos de progresar. Es más, creo que es una obligación avanzar y progresar, pero siempre desde una visión contenida y sabiendo que todo aquí abajo tiene su fin. Al final no quedará piedra sobre piedra y todo desaparecerá. Eso nos debe ayudar a pensar que el fin no está en las cosas de este mundo ni ellas deben ser lo primero.
Lo importante es adorar a Dios en Espíritu y Verdad, y eso significa que Él debe ser el primero en nuestro corazón y el fin de nuestro camino. Todo lo demás no cuenta. Sin embargo, hay muchos sabios que ponen sus pensamientos en las cosas de este mundo como si en ellas les fuese la vida. Y otros que creyéndose los salvadores se proclamarán como ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato».
Nosotros, Señor, creemos en tu Palabra, porque sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Y, llenos de esperanza e inundados de paz esperamos tu segunda venida para que hagas la paz en este mundo y nos lleve contigo, según tu Palabra, a esa mansión que nos preparas de Vida Etenra.
Por eso, desde este humilde rincón, te pedimos paz, sabiduría y fortaleza para no dejarnos embaucar por ningún falso profeta ni por los acontecimientos que sucedan en este mundo. Danos la firmeza de sabernos sostener en tu Palabra y perseverar firmes en tu obediencia junto a los hermanos y unidos en la Iglesia bajo el manto de tu Madre, nuestra Señora, que nos ampara y protege. Amén.