Simplemente te sientas cómodamente, en un lugar que no hayan ruidos, que nadie te distraiga, si es posible ante el Santísimo, sino en el silencio del hogar, en la noche cuando todos descansan. Antes invocan a la Santísima Virgen María para que ella este a tu lado. Cierra tus ojos… sin miedo alguno… Y comienza a invocar al Espíritu Santo. Lo vas a llamar dulcemente, tiernamente. “Ven Espiritu Santo” Vuelves a repetirlo. “Ven Espiritu Santo”, lo dices 2, tres o 4 veces asi como lo sientas.
Ven Espíritu Santo, toma mi mente… ven Maestro Paráclito, te necesito. Entra en mi mente. Toma mis potencias mentales. Llénalas con tu presencia. Haz que mis potencias mentales sirvan para glorificarte Dios mio.
Ven Espíritu Santo, toma mi conciencia, llénala de ti. Que mi conciencia sea recta, sea mi mayor beneficio en aras de la santidad.
Ven Espíritu Santo, toma mi memoria. Llénala de Ti. Borra de mi memoria todo lo que me provoca daño, no me deja crecer en santidad. Haz que mi memoria sirva para glorificarte Dios mío en todo momento.
Ven Espíritu Santo, toma mi capacidad de razonar, mi inteligencia, llénala de Ti. Aumenta mi inteligencia solo para conocer y dar a conocer, solo para amar y dar amar a Tu Santa Palabra, Tu Voluntad Eterna sobre mí, sobre todos.
Ven Espíritu Santo, toma mis ojos… llénalos con tu presencia. Mira con mis ojos. Hazme contemplarte y encontrarte en tus criaturas, en tu creación… en esos detalles pequeños y grandes que llevan el sello de tu bondad, Padre Santo, plasmados en tu Creación…. Que mis ojos, Espíritu Santo vean siempre a Dios en todo y en todos…
Ven Espíritu Santo, toma mi lengua… llénala con tu presencia… conviértela en tu lengua… que siempre, siempre mis palabras lleven la ternura de Dios, la pureza del amor expresada exquisitamente en el momento preciso y necesario. Que mis palabras sean la alegría del Padre Dios. Que mi lengua proclame las maravillas de tu Santa Palabra…
Ven Espíritu Santo, toma mis oídos… llénalos con la capacidad de escuchar los latidos del Corazon de Dios… la voz de Dios en los hermanos más necesitados. Enséname a escuchar con pureza… mi capacidad de escuchar te glorifique Dios mío en todo momento. ¡Oh Espíritu Santo!!... aleja de mi el escuchar el ruido que lleva al pecado…
Ven Espíritu Santo, apodérate de mi corazón… llénalo con tu presencia, límpialo de toda suciedad, de toda tiniebla. Convierte mi corazón en el cielo de la Santísima Trinidad. Mi corazon cobije la Sagrada Palabra de Dios… se alimente de ella… ¡Oh Espíritu Santo!!... que mi corazon sea un derroche de amor vertido en todo y en todos…
Y así vamos añadiendo según la inspiración llegue. Puede suceder que solo nos quedemos en la primera parte porque el alma se siente invadida por el Espíritu Santo y solo desea silencio… permanecer en silencio y dejarse hacer… dejarse llenar…dejarse llevar por el Espíritu Santo al gusto divino…
No tener miedo… si te gusta la oración hazla con confianza, con la Mater a tu lado… Se puede hacer con la familia… con los niños… La experiencia que he tenido en los diferentes momentos en que hemos presentado esta “dinámica espiritual” de oración ha sido increíble. Todos han quedado entusiasmados con ella. A tal punto que me la han solicitado escrita muchas veces. El problema es que no es para llevar rígidamente sino al vuelo de la inspiración. Las palabras pueden cambiar, podemos hacerla mil veces y siempre va a hacer diferente.
Solo les dejo una idea para que aquellos que guste la desarrollen según el soplo del Espíritu Santo.
¡Bendito Sea Dios!!!