Vigilancia activa, esa es la palabra. No podemos relajarnos ni desfallecer. El mundo trata de seducirnos y de que nos olvidemos de vivir la Vida de la Gracia. Es decir, que nos olvidemos de nuestro Padre Dios. No podemos relajarnos ni desfallecer. Sostener nuestra alcuza llena de aceite nos exige esfuerzo, trabajo y constante vigilancia. Se trata, pues, de vivir en una actitud amorosa, un camino generoso - que no es posesivo - que se da y comparte.
Sin embargo, Jesús nos alerta en este momento a estar preparado y vigilante para no ser sorprendidos desprovistos del aceite necesario para sostener nuestra lámpara encendida y preparada. Significa esto que nuestra preparación pasa por mantenernos firmes en la Palabra y Vida según el mandato de nuestro Padre Dios.
Te pedimos, Señor, luz y fortaleza para no desfallecer ni ser sorprendido con mi alcuza casi vacía. Danos la inquietud de exigirnos el amor que los demás nos demandan para que, a la hora de ser llamados, nuestras alcuzas estén llenas y rebosantes de obras de amor que te agraden. Gracias Señor.